Vivimos creyendo que nacemos en un viernes y nos consumimos un lunes de madrugada. Creyendo que tenemos que ser así o asá, según las pautas predeterminadas. Decisiones que ni si quiera son propias, porque esas no les gustan a nadie excepto a ti.
Creemos en lo que más tarde nos defrauda, nos falla. Y así cuando queremos creer en algo verdaderamente importante, lo pasamos por encima porque las experiencias nos han hecho de esta forma, incrédulos.
Solo oimos lo que quieren que oigamos y solo vemos lo que quieren que veamos. Hace tiempo que se dejó a un margen la voluntad propia, ahora hasta ser diferente es una moda.
Y aunque suene irónico, somos esclavos de las modas porque nos gustan, nos atamos a ellas porque en el fondo nos gusta pertenecer a un grupo, sentirnos parte de algo.
Porque ya las cosas se asocian solas, en buenas o malas, pero cada uno las ve a su manera.
Como que el telediario ya solo habla de desgracias y las canciones únicamente de amor.
Quien pone tu mundo al revés y le da la vuelta con decir tu nombre.Me buscarás en el infierno porque soy igual que tú.Algunas cosas tienen que ser creídas para ser vistas.Porque un querer es poder,siempre,hasta cuando llega tarde.Jugar al azar,nunca saber donde puedes empezar o terminar.Las cosas bonitas hay que vivirlas dos veces,con equivocaciones y defectos,con errores,porque todo es reversible.Hablan de armas de destrucción masiva y aun no han visto la capacidad que tiene el puto orgullo.
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domingo, 1 de diciembre de 2013
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